La política de crédito tiene que obtener este resultado clave, a la vez que protege y mejora la imagen pública de la empresa, mantiene buenas relaciones comerciales y llena su responsabilidad de servir al cliente. Para cumplir esta misión tan amplia, operan dos funciones muy conocidas pero también muy mal interpretadas.
Estas funciones son:
- El crédito deberá Soltar el dinero,
- Y, la cobranza: “traer” el dinero con rentabilidad.
Entre más agresiva sea la política de crédito mayores serán los ingresos generados por esta. Sin embargo, también se incrementará el nivel de riesgo y la posibilidad de incurrir en excesos de cuentas incobrables y elevados periodos de cobro de la cartera en mora.
Es por ello, que una adecuada política de crédito identifica el punto de mayor retorno para la compañía evaluando:
- La contribución del crédito a un mayor volumen de ingresos.
- El nivel de riesgo.
- El costo financiero generado por un mayor periodo de cobro.
- Las pérdidas ocasionadas por cartera en mora y la cartera de incobrables.
- Aumento en los volúmenes de ventas.
- Incremento en las utilidades de las compañías.
- Incremento en la producción de bienes y servicios, y como consecuencia, una disminución de los costos unitarios.
- Elevación del consumo, permitir que determinados sectores socioeconómicos adquieran bienes y servicios que no estarían a su alcance si tuvieran que pagarlos de contado.
- Creación de más fuentes de todo tipo de servicios y adquisiciones de bienes, con plazos largos para pagarlos.
- Desarrollo tecnológico, favorecido indirectamente al incrementarse los volúmenes de venta.
- Ampliación y apertura de nuevos mercados, al dotar de poder de compra a importantes sectores de la población.
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